lunes, 21 de enero de 2013


Cuando empecé a escribir este libro estaba atravesando un momento crítico en mi vida, cada vez que me sucede esto entro en un cuadro febril. Es decir el cuerpo denuncia lo que las palabras no alcanzan a decir.

Esto me sucedió en dos momentos claves de mi vida, cuando me case y perdí por primera vez  mi trabajo .Mi primer trabajo. Otra ocasión fue cuando alcance el trabajo que dictaban mis sueños, pero  la realidad empezó a desilusionarme.

En la primera ocasión Salí adelante. Al momento de escribir este libro, estoy intentando llegar a encontrar aquellos “factores protectores”, _ mas adelante desarrollare este concepto que no me es propio_ para salir adelante.

En realidad hace mucho que sueño con escribir este libro, y ya el comienzo parece su prólogo.

Me detengo un instante, y casi  como si estuviera en una sesión  de mi análisis personal   , surge como una luz una primera asociación “¿es quizás el sentirse cuidado por un  otro, lo que permite salir de las crisis profundas del alma?”:inmediatamente después siento el impulso de buscar en el diccionario el significado de la palabra cuidar, ante mi asombro allí hace referencia , a asistir ,guardar , conservar, principalmente a cosas materiales .Algo aturdida por lo encontrado sigo revisando y encuentro algo más cercano a mi pensamiento (cuidar etimológicamente  cuidar, cogitare es pensar), si pienso cuido .Cuido de mi propia vida y por mi profesión de la vida de otros.

Disculpen mi torpeza todavía no me presente y probablemente esta sea la primera vez que me conozcan. Soy una vieja soñadora, ante todo una niña que creció en una familia nuclear, madre –padre y una hija. Quien  en su pre adolescencia  perdió tempranamente a su padre, médico de profesión, persona de gran corazón .Por el amor de mi madre, luchadora incansable, pude hacer de mí una mujer de bien. Pero con una pregunta persistente sobre el funcionamiento de la mente humana, fue ella la que un 1 de agosto  se llevo a la persona que me inspiro, a ser quien soy “mi padre”. Siempre quise ser solidaria, ayudar a los  demás .Pero su pérdida agudizo la búsqueda de respuestas y en esa búsqueda, sobreviví a su falta. Ya estudiante en la escuela secundaria, en los últimos años, curse la materia psicología, me acuerdo el esmero que ponía, como si supiera desde el mismo instante en que la profesora dijo “buen día chicos”, que esa iba a ser la profesión de mi vida. La profe no estaba tan convencida de esto, siempre insistía en que por mi oratoria debía estudiar leyes. La desilusión al principio, fue grande.

Un día en un recreo hasta llegue a imaginarme en esa misma escuela, ya mayor reemplazando en sus clases a la profe de Psicología .La vida, “el destino”, las “causalidades” hicieron que  casi diez años después mi sueño se cumpliera. Ese fue mi primer trabajo como docente.
Pero bueno como siempre me voy por las ramas, y sin querer les conté mi historia, pero no fui al eje del tema de este libro. O  quizás  de eso se trata, de cómo cada uno transita la vida, sobreponiéndose al estrés, el trauma y el riesgo en sus vidas. Esto es  estudiado por las ciencias
sociales, cuando se refieren al paradigma de la Resiliencia. Concepto que desarrollaré  en este libro.

El gigante de la fábula, “cien veces te caes y cien te levantas” Sonetos medicinales de Almafuerte.

Capitulo 1.Introducción al tema.

Cuidado en términos de la etología (comportamiento animal), refiriéndose a la prole., se refiere a la preocupación de los adultos  por su descendencia. Algunos miembros educan, otros  se ocupan de la defensa y del alimento. Los insectos más evolucionados, al dividirse el trabajo el cuidado queda a cargo ciertos grupos o de individuos  de determinada edad. Si hay una superpoblación puede producirse  un abandono en el cuidado  de la prole.

Muchos científicos de las ciencias humanas, buscando explicaciones o paralelismos del comportamiento animal, han comparado a ambos en el campo de la investigación.

El hombre es más indefenso al nacer, depende largo tiempo de su entorno (grupo familia), para sobrevivir .Es el medio en el que adquiere  las herramientas para relacionarse con su entorno, a través del proceso de socialización, por intermedio de los distintos agentes de socialización, familia, escuela, medios de comunicación.

René spitz, descubrió que nada de esto era suficiente si en dicho proceso, no se anteponía el afecto.Potador de vida. De hecho aquellos niños que al nacer carecían del mismo, podían llegar a la muerte.

Winicott , proponía que la madre tiene que crear con el niño un espacio intermedio entre ella y él  , a partir de su deseo y el afecto (maternaje) donde el niño pueda depositar sus fantasías  , afecto y crearse allí en ese espacio transicional, en ese objeto creado entre ambos (madre _niño) la posibilidad de ser a futuro adultos autónomos.

Esto permitiría adquirir la confianza, la autoestima, como  para sobrevivir en soledad.

Siendo el juego inaugurado a partir de allí el  primer modo de simbolización   , y soporte luego  de la creación en la adultez.

Todo lo expuesto me remite a otro  término   , que quizás se acerque aun más al concepto que intento transmitir, protección.

Proteger según el diccionario significa: amparar   , favorecer, defender. Todos los adultos que convivimos con niños conocemos  la protección, desde el derecho: conjunto de actividades jurídicas, sociales  y asistenciales dirigida a la defensa de los derechos del menor de edad y a procurar su bienestar o cuando menos ofrecerles  alternativas a situaciones lesivas para su personalidad, tanto física como psíquicas

Los científicos que sostienen el paradigma de la Resiliencia, se refieren a los “factores protectores”, como aquellas características   de la persona o el ambiente que mitigan el impacto negativo de las situaciones  y condiciones  estresantes (Henderson N.; Milstien M. Pag.27)

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